Otra vez, verano. Momento de expansión y libertad. Aprovechemos el tiempo libre para disfrutar de casi todo. Aprovechemos para hacer lo que nos gusta y no podemos, o lo que nos gusta y podemos pero, ahora, sin prisas ni agobios. Dediquémonos a pasear, a nadar, a charlar, a reencontrarnos con antiguos amigos y familiares. A viajar. Y a leer mientras estamos en la terraza acompañados por el ruido lejano del juego de los niños en el jardín. Leer sin notar que el día se apaga hasta que el bullicio de los pájaros retornando a sus nidos nos saca del ensimismamiento que no es nuestro, sino de alguien que lo escribió para nosotros, sin conocernos. Y logra que nuestra existencia sea algo más que olas y calor.
A disfrutar que pasa rápido… Aunque vuelva.
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