Vamos a vivir nuestras primeras Navidades con una pandemia azotándonos. Probablemente, muchos de nosotros no podremos reunirnos con todos los que quisiéramos: unos, porque hay ausencias irrevocables; otros, porque las limitaciones de movilidad impiden la llegada de seres queridos; y todos porque las reuniones están limitadísimas por seguridad.
Sin embargo, a pesar del contexto adverso, estas fiestas pueden ser una oportunidad de vivirlas de una forma más auténtica. Rememoremos a quienes echamos en falta y disfrutemos con quienes nos acompañan. Será un modo de poner a prueba la enseñanza de amor que nos trajo aquel niño, cuyo nacimiento celebraremos este 24 de diciembre, Nochebuena.
Recordad aliñar la cena, en su honor, con un poquito de sal y mucho amor y siempre habrá Navidad.
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