A propósito de la #SuperLunaLlenaDelCiervo que disfrutamos este mes de julio, y que ayer tuvo su momento de mayor esplendor, aprovecho para recordar algunos poemas que hablan de ella y de su magia.
También comparto algunas de las imágenes que capté con mi móvil. Aunque, la verdad, no hacen justicia a la belleza que mostraba ayer la luna.
Charles Baudelaire; Tristeza de la luna. Perezosa esta noche, ella está soñando con la luna: belleza que sobre un montón de almohadas, ligero y distraído, antes de dormir acaricia el contorno de sus pechos, sobre el lomo sedoso de suaves avalanchas, muriendo, se entrega a infinitos placeres, y vuelve sus ojos donde visiones blancas se elevan en el azul como flores. Cuando en esta tierra, en su perezosa languidez, deja que una lágrima se deslice, un poeta adorador y hostil a dormir en su mano recoge esa palidez húmeda con reflejos de ópalo iridiscente, y lo esconde lejos de los ojos del sol, en su corazón.
Federico García Lorca; «Romance de la luna, luna» en Romancero gitano,(1928). A Conchita García Lorca La luna vino a la fragua con su polisón de nardos. El niño la mira mira. El niño la está mirando. En el aire conmovido mueve la luna sus brazos y enseña, lúbrica y pura, sus senos de duro estaño. Huye luna, luna, luna. Si vinieran los gitanos, harían con tu corazón collares y anillos blancos. Niño, déjame que baile. Cuando vengan los gitanos, te encontrarán sobre el yunque con los ojillos cerrados. Huye luna, luna, luna, que ya siento sus caballos. Niño, déjame, no pises mi blancor almidonado. El jinete se acercaba tocando el tambor del llano. Dentro de la fragua el niño, tiene los ojos cerrados. Por el olivar venían, bronce y sueño, los gitanos. Las cabezas levantadas y los ojos entornados. Cómo canta la zumaya, ¡ay como canta en el árbol! Por el cielo va la luna con el niño de la mano. Dentro de la fragua lloran, dando gritos, los gitanos. El aire la vela, vela. el aire la está velando.
«El que quiere arañar la luna, se arañará el corazón.» FGL Federico García Lorca; «Si mis manos pudieran deshojar» en Poesías completas. Yo pronuncio tu nombre en las noches oscuras, cuando vienen los astros a beber en la luna y duermen los ramajes de las frondas ocultas. Y yo me siento hueco de pasión y de música. Loco reloj que canta muertas horas antiguas. Yo pronuncio tu nombre, en esta noche oscura, y tu nombre me suena más lejano que nunca. Más lejano que todas las estrellas y más doliente que la mansa lluvia. ¿Te querré como entonces alguna vez? ¿Qué culpa tiene mi corazón? Si la niebla se esfuma, ¿qué otra pasión me espera? ¿Será tranquila y pura? ¡Si mis dedos pudieran deshojar a la luna!
Juan Ramón Jiménez; «A la luna del arte» en Poemas impersonales, (1911). (... Después de tan bien servida la corona de su rey verdadero... D. J. MANRIQUE) Sun of the Sleepless! (LORD BYRON) Te he dado, sol insomne, latido por latido, todo mi corazón. Tu corona luciente, como vasallo fiel y noble, la he servido bien. No me quedan armas que ofrecerte, ni jente. Tú, en cambio, como pago de esta servidumbre, que no aprisiona, ni entristece, ni degrada, me has concedido, reina, la divina costumbre de tener, como tú, el alma desvelada. Cuando venga la muerte a llamar a mi puerta, encontrará en mi choza, entre hojarasca, un leño. ¡Sí, mi fragancia huele ya en lo azul de tu huerta. Mi canción es ya eterno ruiseñor de tu ensueño!

Juan Ramón Jiménez; «Noches de luna». Las noches de luna tienen una lumbre de azucena, que inunda de paz el alma y de ensueño la tristeza. Yo no sé que hay en la luna que tanto calma y consuela, que da unos besos tan dulces a las almas que la besan. Si hubiera siempre una luna, una luna blanca y buena, triste lágrima del cielo temblando sobre la tierra, los corazones que saben por qué las flores se secan, mirando siempre a la luna se morirían de pena. Mi jardín tiene una fuente, y la fuente una quimera, y la quimera un amante que se muere de tristeza. Y cuando viene la luna con su lumbre de azucena, abro mi balcón y sueño por todos los que no sueñan. La brisa trae en la noche besos, mimos y cadencias, algo virginal y triste a la luz de las estrellas; y yo pienso en los jardines que nunca veré, en las rejas sin amores, en las novias dormidas en su inocencia; en las manos que esta noche divina de primavera, no tendrán quien acaricie su blancura y su belleza; en la ilusión encantada que, siguiendo sus quimeras, tendrá esta noche tranquila tantas ventanas abiertas.

————————————————- Antonio Machado; Canciones (V) ¡Luna llena, luna llena, tan oronda, tan redonda en esta noche serena de marzo, panal de luz que labran blancas abejas!
Antonio Machado; «La luna, la sombra y el bufón» en Nuevas Canciones, (1924). Fuera, la luna platea cúpulas, torres, tejados; dentro, mi sombra pasea por los muros encalados. Con esta luna parece que hasta la sombra envejece. Ahorremos la serenata de una cenestesia ingrata, y una vejez intranquila, y una luna de hojalata. Cierra tu balcón, Lucila. II Se pintan panza y joroba en la pared de mi alcoba. Canta el bufón: ¡Qué bien van en un rostro de cartón, unas barbas de azafrán! Lucila, cierra el balcón."
Edgar Allan Poe; «La estrella de la tarde». Era en el corazón del verano y en medio de la noche. Las estrellas marchando en sus órbitas brillaban con un pálido resplandor a través de la luz más viva de la fría luna, mientras que ésta, rodeada de los planetas, sus esclavos, lanzaba desde lo alto de los cielos, sus rayos sobre las olas. ***+** Yo contemplaba su triste sonrisa, demasiado fría, demasiado fría para mí. Una nube oscura vino a pasar, semejante a un sudario, y fué entonces que me volví hacia ti, Estrella del Sur, orgullosa en tu gloria lejana. Y ahora me será más querida tu luz, porque lo que me traes de más magnificente a través del cielo nocturno, es la alegría de mi corazón, y yo prefiero tu discreto y lejano resplandor a esa llama cercana pero más fría!



«Luna Lunera cascabelera». Poesía popular. He encontrado numerosas variantes del poema; recojo algunas de ellas. Luna Lunera cascabelera, debajo de la cama tienes la cena: Cinco pollitos y una ternera. Luna Lunera cascabelera, debajo de la cama tienes la cena. ¿Quién se la comió? El gato burlón. Pues dale cuatro besos y perdónalo. Luna Lunera cascabelera, ojos azules, cara morena. Luna Lunera cascabelera, toma un ochavo para canela. Luna, lunera, cascabelera los ojos azules, la cara morena. Luna dame pan, q no tengo pà cenar, Luna dame vino q no tengo pal camino
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